JAVIER REBOLLO: UN CINEASTA EN LA FOTOGRAFÍA
La fotografía de Javier Rebollo nace de la necesidad de contar historias, de transmitir al espectador la curiosidad por imaginar lo que ha ocurrido o puede suceder en la escena que muestra.
¿Qué noticia ha recibido la mujer que habla por teléfono asomada a una ventana? ¿Mantiene una charla amistosa, o ha recibido una llamada amenazante? ¿Qué relación une a los dos jóvenes que están ante una mesa en la que hay varios papeles? ¿Se trata de maestra y discípulo en una clase de idiomas, o son abogado y cliente y debaten algo trascendente? ¿Qué siente el hombre que mira la araña del Guggenheim, admiración o miedo?
Preguntas. Esa es la constante en la obra fotográfica de Javier Rebollo: el deseo de interrogar al espectador e invitarle a entrar en la escena y posicionarse sobre ella.
UNA MIRADA ESPECIAL
Javier Rebollo conoce bien el mundo del cine –ha dirigido nueve largometrajes y ha producido trece, además de numerosos documentales y cortometrajes- y sus fotos congelan fragmentos de vida como si fueran secuencias de películas, para que el espectador las interprete y les incorpore libremente su propia historia, su final feliz o trágico, y las múltiples posibilidades que existen entre uno y otro.
Porque tras cualquiera de los paisajes de Rebollo –naturales, urbanos o humanos- hay una excepcionalidad muy marcada, una tensión psicológica que parece advertir de que algo inexplicable está a punto de suceder.
La fotografía de Javier Rebollo transforma lo real, lo cotidiano, y lo convierte en un escenario distinto y extraño. Se trata, por tanto, de una fotografía realista, pero hábilmente manipulada por su creador para mostrar misterio y asombro. Sus fotos parecen decir que éste es un mundo complejo y a menudo solitario, pero que hay razones para esperar lo inesperado: el amor, la alegría, la amistad, la simpatía entre desconocidos.
FOTOGRAFÍA Y CINE, HOY
La relación de directores de cine que tienen una obra fotográfica significativa es muy amplia e incluye nombres como los de Wim Wenders, David Lynch, John Waters, Abbas Kiarostami, Dennis Hopper, Peter Greenaway, Carlos Saura o Bigas Luna, que cuelgan habitualmente sus fotos en museos y salas de exposiciones.